Ser un adulto es muy difícil. Algunas veces puede parecer que las tareas simples de mantenimiento tales como hacer la compra, ducharse y asegurarse de que uno no vive en la miseria absoluta son de por sí un trabajo a tiempo completo. ¿Y encima de todo esto uno tiene que ganar dinero para subsistir , responder todos los mensajes de textos, y buscar la manera de estar hidratados? Parece un chiste cruel. Por esto tiene sentido que parezca muchas veces que es demasiado pedir el tener que además visitar al proveedor de servicios de salud para renovar una receta o tener que esperar en una fila por 20 minutos en la farmacia para recoger tu método anticonceptivo mientras las otras personas que están allí te están prácticamente tosiendo encima.