
Hoy en día en los Estados Unidos vemos como ha resurgido la discusión sobre el problema más antiguo de nuestro país: el racismo. Ya sea al discutir cómo las comunidades de color están siendo demasiado vigiladas por la policía y encarceladas de manera desproporcionada, o el tema de la continua desigualdad económica, está claro que el racismo institucionalizado es un problema imperante en nuestra sociedad. También es una vergüenza para nuestra nación y esta vergüenza nos impide enfrentar el problema de frente.